¿Qué sabía sobre este tema antes de leer? Pensá en lo que ya conocías y cómo eso te ayudó a entender mejor lo que leíste. ¿Qué aprendí de nu...
Fast Fashion vs Slow Fashion: ¿Cuáles son las principales diferencias?
Hoy en día, nadie cuestiona la idea de que la moda deba seguir el camino de la sustentabilidad, pero hasta hace unos años esto no era así. ¿Cómo llegamos a que esta industria sea la segunda más contaminante del mundo? La respuesta tiene que ver con el modelo de producción que domina actualmente el mercado, aunque ya en decadencia, el tan criticado fast fashion (o moda rápida), que se basa en la sobreproducción de prendas confeccionadas y vendidas a bajo costo.
Estamos en un punto en el cual ya no podemos negar que cada compra que realizamos genera un impacto social y ambiental sobre nuestro planeta, y es por eso que resulta fundamental tomar consciencia e informarnos sobre el origen y composición de cada objeto o pieza que vamos a adquirir. Por suerte, en respuesta al fast fashion han aparecido en los últimos años muchas marcas y diseñadores que eligen el modelo de slow fashion, o moda lenta, como base para crear sus piezas, haciendo uso de prácticas éticas y responsables con el medio ambiente y las comunidades que emplean. Hoy en día resulta clave para poder tomar consciencia de lo que consumimos, saber cuales son las desventajas del fast fashion y por qué evitarlo, y por qué elegir el slow fashion como alternativa sustentable.
¿Qué es el fast fashion o moda rápida?
El fast fashion, o moda rápida, es un modelo de producción que se basa en la confección masiva y a gran escala de productos de bajo costo en muy poco tiempo. Una de las características principales de esta modalidad es el recambio constante de los productos en las tiendas, que fomenta el deseo compulsivo de consumir prendas nuevas todo el tiempo. Cada colección o prenda diseñada se piensa desde un modelo lineal, donde las prendas que se producen pasan luego a los consumidores que las compran, usan y desechan con facilidad, porque enseguida aparece una prenda nueva, y de bajo costo, que el consumidor cree necesitar.
La lógica de la moda rápida es aquella de la hiper-producción y el hiper-consumo, de bajo costo y poca calidad, sin medir las consecuencias humanas ni los efectos ambientales que cada proceso deja en el camino. Es por eso que la ONU declaró en el 2018 la Emergencia Ambiental para este modelo, por el uso desmedido de recursos naturales y la contaminación generada a través de los procesos. En la búsqueda de disminuir los costos, también se promueve la precarización de los trabajadores, que generalmente provienen de países subdesarrollados, así como deviene también en toneladas de desechos que anualmente terminan en vertederos o siendo incinerados.
¿Qué es el slow fashion o moda lenta?
La moda lenta surge como una respuesta a las problemáticas generadas por la moda rápida, planteando con firmeza una forma más consciente de pensar y hacer la moda, generando cambios y modificaciones para que los procesos sean más amigables con el medio ambiente y con quienes trabajan en él. Así se propone un nuevo modelo basado en la ética, la responsabilidad social y ambiental, la búsqueda de la calidad y perdurabilidad de las prendas teniendo en cuenta siempre que cada proceso lleva un tiempo, y que es allí donde radica su valor.
La moda lenta invita a contemplar y valorar cada pieza creada, desacelerando la necesidad de consumir desenfrenadamente, encontrando la belleza en cada material utilizado y en las manos de quienes lo crean. Se trata de un modelo conectado conscientemente con el entorno y la comunidad que habita, donde cada prenda u objeto realizado se diseña de manera circular, intentando minimizar el uso de recursos naturales para evitar la potencial contaminación que puede generar en el ambiente. De la misma forma, se busca concientizar al consumidor para que pueda apreciar el trabajo que cada prenda lleva consigo.
Entonces, ¿qué diferencia el slow fashion del fast fashion?
Las diferencias entre ambos modelos son abismales, y radican particularmente en la concepción del tiempo, los procesos y la calidad. Mientras la moda rápida apunta a la producción y al consumo desenfrenado, la moda lenta nos invita a desacelerar y a contemplar la belleza de cada prenda, dandole valor a la calidad por sobre la cantidad. Esta desaceleración ayuda a que la industria de la moda sea cada vez más sostenible y amigable con el planeta, pudiendo controlar cada proceso para una mayor optimización de los recursos humanos y naturales.
De esta manera, la moda lenta le propone al consumidor una nueva perspectiva a la hora de comprar, donde prima la información clara y certera, invitándolo a ser parte del cambio hacia un futuro más ecológico.