¿En qué momento la basura deja de ser un desecho descartable para convertirse potencialmente en una casa? Michael Reynolds es el arquitecto norteamericano que, allá por la década del 70, se lo preguntó y como respuesta desarrolló las Earthships-o Naves de la Tierra-, una tipología de viviendas autosustentables con bajo impacto en el ambiente.
Nacido en 1945, Reynolds fue un "hippie" visionario que reconsideró desde joven los alcances de su profesión y se anticipó a lo que veía como una crisis ecológica de grandes magnitudes. Por entonces no tuvo muchos adeptos pero, hoy, 50 años más tarde, su obra cobra más sentido que nunca. Los efectos del cambio climático ocupan cada vez a más países, agrupaciones e individuos, que buscan soluciones desde distintas aristas para generar un impacto positivo en nuestro planeta y él lleva adelante una escuela con base en Taos, Nuevo México, donde enseña sus métodos de construcción y promueve proyectos comunitarios en todo el mundo.
El recorrido no fue algo fácil y hasta lo llevó a perder su licencia ante un fallo del estado por demandas recibidas desde unos viejos clientes. El documental Guerrero de la Basura (Garbage Warrior) cuenta la vida y obra del arquitecto, hoy abanderado de las construcciones ecológicas.
En 1969 se graduó como arquitecto en la Universidad de Cincinnati, Estados Unidos, y desde entonces su carrera profesional estuvo marcada por un pensamiento desafiante que buscaba provocar los fundamentos de la arquitectura clásica. Toda su atención estaba puesta en desarrollar viviendas que tuvieran un mínimo impacto en el ambiente y que se puedan construir a bajo costo utilizando materiales reciclados.
Así, en 1972 el joven Mike finalizó su primera casa en medio del desierto de Nuevo México, a la que llamó The Thumb House. Fue construida con un novedoso sistema de "ladrillos" a base de más de 70.000 latas de aluminio -de cerveza y bebidas varias- unidas con un mortero. Este sistema lo patentó en 1973. The Thumb House no fue bien vista en esa época, recibió críticas tanto de sus colegas como de la prensa que lejos de considerar a Reynolds como un pionero en la construcción sustentable, fue calificado como "una desgracia para la comunidad arquitectónica", según él mismo recuerda en varias entrevistas.
Sin embargo, The Thumb House fue el puntapié inicial de la misión que llevaría adelante por el resto de su vida, que fue creciendo y se fue haciendo carne en nuevas construcciones cada vez más complejas. Desde su empresa, Earthship Biotecture, con base en el pueblo de Taos en Nuevo México, Reynolds lleva hechas más 1.000 construcciones distribuidas por todo el mundo que van desde viviendas unipersonales y hoteles de lujo hasta escuelas de grado y refugios de emergencia. En todos los casos, la propuesta es la misma y, en principio, sencilla: construir viviendas que, como él mismo plantea, sean "radicalmente autosustentables". Como bien dice el refrán, del dicho al hecho hay un gran trecho y a Michael le llevó décadas de trabajo e investigación en el campo de las tecnologías sustentables desarrollar los modelos más avanzados de Earthships.
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